Las motivaciones que se esconden detrás del deseo de ser mamá o papá a menudo no se pueden explicar. Las parejas con infertilidad verbalizan querer ser padres sin saber el por qué de ese deseo tan fuerte: “lo he querido desde siempre” es una respuesta habitual cuando se pregunta por ello. Con independencia de los motivos que cada pareja tenga, lo cierto es que el camino que recorren hasta que el bebé llega a casa (si es que sucede), es cuanto menos estresante. A menudo está marcado por la ansiedad, la irritabilidad, la frustración, la labilidad emocional y también en muchas ocasiones, por los conflictos de pareja, de los que más abajo hablaremos.
Las parejas que después de seis meses o un año no han conseguido embarazo o habiendo conseguido, han sufrido pérdidas (aunque sean tempranas) van acumulando experiencias negativas con respecto al proceso.
Estas parejas pasan por:
- Varios duelos: el primero sería tener que acudir a una clínica para ser papás, en lugar de ser un proceso natural como habían soñado o como les sucede a otras parejas. Además, como hemos mencionado, las pérdidas son frecuentes, por lo que con cada una se van a acumulando duelos que es necesario ir elaborando.
- Ajustes de ritmos diarios para adaptarse al calendario de pruebas médicas, con lo que supone tener que pedir permisos en el trabajo para realizarlas o medicarse a hora concretas del día.
- Aislamiento social: habitualmente estas parejas se sienten solas, ya que independientemente de la causa de la infertilidad, ambos pueden sentir su autoestima y autoconcepto tambalearse. Cuando la causa es masculina, los hombres muchas veces lo asemejan a “falta de virilidad” y las mujeres expresan “sentirse incompletas”.
- Altibajos emocionales: sobre todo en la mujer, que suele estar pendiente de cuándo está ovulando y se ilusiona con la esperanza de que se produzca el embarazo. Cuando llega la menstruación, toda la ilusión cae y da paso a la tristeza y la desesperanza, completando un ciclo que se repite todos los meses. Además, la medicación que se utiliza en los tratamientos tiene efectos hormonales que se reflejan en su estado de ánimo.
- Problemas de pareja: ya que no es extraño que cada uno viva este proceso de una forma diferente, dando lugar a desencuentros entre ambos. Esta situación mantenida en el tiempo, puede desembocar en fuertes conflictos o incluso ruptura.
¿Qué puedes hacer?
Si estás leyendo esto y tienes dificultades para quedarte embarazada, tienes que saber que se puede vivir el proceso de una forma más serena. Para ello:
- Es recomendable que hables con tu pareja de manera asertiva y sinceramente sobre tus deseos y expectativas, y de cómo construir vuestro futuro juntos. A menudo, y con la intención de no herir los sentimientos del otro, no se expresa claramente lo que cada uno de ellos quiere, dando lugar a interpretaciones y poniendo en el otro una intencionalidad que muchas veces no se corresponde con la realidad.
- Culparse o culpar a tu pareja de la situación que estáis viviendo ahora no va a solucionar la dificultad que atravesáis actualmente, es mucho más beneficioso para ambos y para la relación centrar vuestros esfuerzos en lo que podéis hacer a partir de ahora.
- Intentad no aislaros de vuestros amigos. La mayor parte de las veces cuando se acude a eventos sociales con personas que son importantes para vosotros, os sentiréis mejor aunque el hecho de acudir suponga un esfuerzo extra inicial. Centraros en vuestro propio crecimiento como pareja, en lugar de hacerlo en los progresos de los demás.
- Si has tenido pérdidas, es recomendable trabajarlas para disminuir el miedo en tratamientos futuros.
Por otro lado, si conoces a alguien en esta situación, quizás quieras compartirle el enlace al artículo y preguntar abiertamente cómo puedes ayudar, aceptando que haya momentos en los que no lo acepten, por bienintencionado que sea tu ofrecimiento.
No dudes en pedir ayuda profesional si estás atravesando esta situación.