En multitud de ocasiones los padres de hijos adolescentes se preguntan: ¿Cómo podemos ayudar a nuestros hijos cuando llegan a esa edad en la que dicen no necesitar nuestra ayuda? ¿Cómo podemos acompañarlos en ese viaje hacia la madurez? ¿Cómo podemos mostrarles cariño sin llegar a agobiarles?
Mis hijos me despiertan fantasmas del pasado
Los padres no llegamos a entender que es una época de grandes cambios, ilusiones y decepciones. Es importarte que durante esa etapa de nuestros hijos recordemos nuestra propia adolescencia. La adolescencia de nuestros hijos despierta muchos fantasmas del pasado a los padres, en gran medida relacionados con su propia adolescencia; debemos ser conscientes de este hecho, ya que así se va a entender la situación mucho mejor.
Marca los límites con amor
Asimismo, tampoco debemos olvidar que los padres tienen el derecho y el deber de dirigir y de orientar a sus hijos adolescentes y que este hecho no impide mostrarles el afecto. Querer a los hijos también significa marcar los límites necesarios, con buena dosis de negociación.
Por otro lado, no debemos olvidar que es un periodo de vulnerabilidad y de cambios, en el que los padres también nos vemos obligados a cambiar. En esta etapa los jóvenes llevan a cabo un proceso de diferenciación de sus padres durante el cual construyen su propia identidad, hecho que va a conllevar evidentes cambios en su relación con ellos, ante lo cual los padres también deben adaptarse y aunque evidentemente hay que establecer límites, es imprescindible la negociación.
Esta etapa no es eterna
La adolescencia es un proceso que va de los once a los dieciocho años, es decir que tiene un principio y un fin, aspecto que en ocasiones parece olvidarse, ya que se suele tener la impresión de que no va a terminar nunca.
En el pasado se tenía una idea muy peyorativa sobre la adolescencia, aun hoy en día la palabra adolescencia se asocia a la palabra crisis, como si obligadamente en esta etapa se tuviera que pasar por una fase tormentosa. Sin embargo, esto no es así, ya que la mayoría de los adolescentes transitan por esta etapa sin crisis importantes.
Conclusión
Durante estos años pueden presentarse situaciones que provocan tanto a los padres como hijos sentimientos de desesperanza, impotencia, rabia, etc. Si consideras que no tienes herramientas para afrontar los conflictos con tus hijos consulta con un profesional, ya que muchos conflictos en la vida adulta provienen de patrones disfuncionales cronificados en el tiempo.
Centro Haya Psicólogos