El amor de pareja nos hace sentir seguros, confiados, lo cual nos protege de las adversidades del entorno. Por lo tanto, podemos decir que la biología del amor tiene un papel protector para la supervivencia de nuestra especie.

Mariposas en el estómago

El amor de pareja evoluciona y pasa por distintas etapas. Durante la primera fase aparece una sensación que much@s dicen localizarla en el estómago, las famosas “mariposas en el estómago”. Esta sensación es transitoria, surge en los primeros momentos de la relación. La estimulación del amor nos entra por la vista, olfato, tacto, oído y gusto. Aunque hoy en día se ha incorporado el mundo virtual, es decir, también nos estimula un mensaje por WhatsApp, Instagram, etc. A nivel biológico, en estos primeros momentos se activa la hormona de cortisol, nos estresamos, el amor estresa, pero es un estrés saludable. En el hombre disminuye la hormona de testosterona (hace que esté más tranquilo) y en la mujer aumenta (la activa). Si todos estos cambios son moderados el enamoramiento tiene efectos beneficiosos para la salud, el problema es cuando esto no es así…

Eres perfect@

Se cree que el amor maternal y el de pareja, ambos tienen el mismo origen, ya que en resonancia magnética se observa que se activan las mismas regiones cerebrales. En este estado de enamoramiento pasamos a idealizar a nuestra pareja y nos volvemos cieg@s, de ahí “el amor ciego”, los defectos se minimizan, no vemos lo que veremos más tarde, según vaya avanzando la relación.

Las sustancias del amor

Se activa la vasopresina, la oxitocina, la serotonina y los opiáceos endógenos (endorfinas y encefalinas), ¡¡¡ una auténtica revolución neuronal!! Igualmente, estos neurotransmisores se activan en el amor maternal. Se puede entender lo difícil que es encontrar la pócima mágica para curar el mal de amores.

¿Y cuánto tiempo dura esa magia?

Los estudios realizados al respecto hablan de alrededor de unos meses. Posteriormente esa activación pasa a ser sustituida por apego, sentimientos de confianza, seguridad y unión con el ser amado.

Igual que en muchas ocasiones el amor llega repentinamente, también desaparece rápidamente, en otras se desvanece más lentamente. El estado de enamoramiento depende de muchos factores, si bien es cierto que los estímulos que al principio provocan esa respuesta de activación, pasado un tiempo ya no son novedosos y se convierten en rutinarios, dejando de provocar interés, se produce una habituación a esos estímulos. En muchas ocasiones y por distintas razones este proceso no se da exactamente así. Son los casos en los que hay algún elemento que impide que los amantes estén juntos. Por lo que podemos decir que la adversidad en la evolución normal de la pareja estimula el amor romántico. Tenemos muchos ejemplos, en la historia, de amores imposibles: Romeo y Julieta de William Shakespeare, Don Juan Tenorio de José Zorrilla y otros muchos. Pero algo más cercano pueden ser situaciones más cotidianas, casos como que uno de los amados esté comprometido con otra pareja, padres que se oponen a la relación de uno de sus hij@s, u otras circunstancias que impiden que la pareja pueda pasar por todas las fases. En todos estos casos los amantes parecen quedarse atrapados en la primera fase.